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Hola

Me llamo Laura y quiero contarte qué me llevó a iniciarme en la práctica de la Meditación y la Macrobiótica. 

Creo que no hay nada mejor que contar la experiencia de uno mismo. Compartir aquello que me ayudó en un momento de mi vida y que sigue haciéndolo.

¡Te animo a leer abajo cuál ha sido mi historia!

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Mi historia

Hace más de 6 años atravesé una etapa de mi vida de caos absoluto, de enfermedad, de miedo, de pérdida de esperanza y de ilusión por vivir. Imagina que el suelo donde pisas se cae de repente y te precipitaras al vacío vertiginosamente. Esa fue la sensación con la que conviví durante un tiempo.

Después de ese gran vacío vino la pérdida de muchas cosas, materiales, emocionales, pero, sobre todo, la pérdida de muchas creencias. Sentía que no tenía a qué agarrarme. Era un silencio absoluto que me aterraba al principio. La persona que era se desvaneció de repente y quedó la más absoluta nada. No sabía quién era. No sabía qué iba a hacer a partir de entonces.

Fue entonces cuando empecé a meditar. Al principio hacía meditaciones guiadas que encontraba por internet. Después empecé un aprendizaje que continúa actualmente en la Escuela  de meditación Surf the Silence. Es allí donde aprendí a entablar una relación con el silencio, a comprender que el silencio siempre intentaba "susurrar" algo. A comprender qué me había sucedido, por qué sentía que la persona que había sido se había esfumado, y a empezar a construir una nueva personita, ahora sí más próxima a lo que era mi naturaleza.

Así que la meditación me ayudó a transitar esa etapa de mi vida con fe y, sobre todo, a cambiar la percepción que tenía sobre muchas cosas. Quizás me abrió los ojos sobre la necesidad de empezar a sentirme y hacerme responsable de la parte que podía de mi vida.

El hecho de llevar varios años meditando hizo que muchas cosas alrededor fueran cambiando naturalmente: mis hábitos, la forma de relacionarme y, sobre todo, la alimentación. Empecé a notar que ya no me apetecía comer las mismas cosas y que, sorprendentemente, había ciertos alimentos que siempre había rechazado y que, ahora, mi cuerpo me estaba pidiendo. Y decidí investigar. Me faltaba información, me dejaba llevar por lo que leía por ahí que "era sano" o por los famosos "superalimentos".

Y fue entonces cuando descubrí la Macrobiótica y decidí empezar a estudiarlo, de la mano de Escuela de Vida.

 

Había una necesidad urgente en mi de tomar las riendas de mi vida y de mi salud y de hacer todo lo que pudiese por ayudar a mi cuerpo.

Mi caso era muy complicado: diagnosticada de enfermedad de crohn desde pequeñita, con varias operaciones, extirpación del ileon, del colon y portadora de una ileostomía de por vida.  

¿Por dónde debía empezar? 

Nunca nadie me orientó sobre la manera de nutrirme después de pasar por todos estos procesos. Tenía la sensación de que mi historial médico se lo pasaban de unas manos a otras deseando que no les "tocase mi caso", porque no sabían qué camino tomar ya. Y es que yo tampoco sabía cómo abordarlo. Lo sentía como algo externo a mí, que me había tocado vivir y, que si no era alguien externo a mí el que me diera una respuesta, quién lo iba a hacer.

 

La Macrobiótica llegó a mi vida desde este otro vacío, el vacío que sentía al pensar que nadie podía ayudarme, la sensación de que yo era la única que podía conocerse en profundidad mejor que nadie, para así saber qué cosas me podían ayudar a recuperar el equilibrio. Es un camino de aprendizaje y conocimiento que no termina nunca, opero ahora lo transito desde la confianza en mí y en la vida. Porque "la vida siempre cuida", como me decían mis profesoras. Y "los síntomas no son más que señales de tu cuerpo gritando que algo no va bien, que ese no es el camino".

Y esta ha sido mi caso, que muchos daban por imposible hace años. La imposibilidad que muchos ven no es más que una posibilidad como cualquier otra. No ayuda agrandarla con más "imposibles", sino encontrar la posibilidad que te lleve a un conocimiento profundo de ti mismo, Al fin y al cabo, de eso trata vivir.

La Meditación y la Macrobiótica forman parte desde entonces de mi vida, y las siento tan integradas, que las concibo como algo natural del ser humano.

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